Ubicación: Los Pinos, Reñaca, V Región. Arquitecto: Sergio Araneda Constructor: Sergio Araneda, Juan Pablo Bertrand Calculista: Darko Micerda Superficie: 200 m2 Diseño: 2008 Construcción: 2009 Fotógrafo: Sergio Araneda Maiz
La casa se proyectó en un sitio de 3000 m2 en el que crece un pequeño bosque joven de boldos, maitenes y peumos, y que cuenta con una pendiente suave, pero constante, que se dirige hacia la Bahía de Valparaíso. Si bien no existe una vista clara y panorámica, sí se genera una tensión lejana con el mar, tensión que se constata como una presencia permanente y que el proyecto, a mi criterio, debía recoger.
El encargo consistió en una segunda vivienda para mi Madre. Vivienda que ante todo debía ser un lugar de reunión familiar y que además tuviera la capacidad de recibir a la dueña de casa en soledad y por tiempo prolongado de buena manera. Este doble requerimiento implicaba dos cosas que definían buena parte de la estrategia de proyecto. Por un lado, una casa que pudiera recibir a una persona o dos, y que eso no significara el cierre del resto de las dependencias, y por otro lado una casa que tuviera la capacidad de recibir el grueso del núcleo familiar. En resumen, una casa que tuviera la capacidad hacerse presente en su totalidad para el mínimo de usuarios, que debía vivirse de forma completa, independiente de la cantidad de personas.
La estrategia para hacerse cargo de este problema fue proponer el programa de manera que se tuviera un control y dominio de toda la casa, tanto interiormente como exteriormente. Un volumen cúbico, central, estático, de doble altura y de doble largo, orientado hacia el lejano mar, transparente en sus extremos, al cual se le adosa programa en ambos costados; por el sur, el volumen de servicios, y por el norte dos volúmenes en dos niveles, con el programa de dormitorios. Así el resultado es un volumen compacto que genera fuerzas concéntricas, y que desde ese núcleo interno se enfrenta de manera libre y fluida con el exterior y vistas principales.
Esta función del espacio organizador central se materializa en la inexistencia de pasillos en el primer nivel, siendo el único espacio servidor, el eje lineal que constituye el acceso, la escalera y el pasillo que reparte los recintos del segundo nivel, y que además siguiendo la estrategia, se abalcona al espacio central de la casa. Este espacio central esta constituido por dos muros de doble altura, paralelos y separados 4,95 cm, que se orientan desde el acceso, pasando por el comedor , living y terraza, hacia el jardin de la casa, en una orientación suroriente - norponiente. Para no perder la fluidez y convergencia espacial que se requería para mantener una unidad interior, la circulación vertical hacia el segundo nivel se hizo partiendo el muro norte en dos, separándolos 95 cm en forma paralela. Entre ellos se introdujo como cuña la escalera de hormigón visto que conecta con el segundo nivel.
Este único fraccionamiento de la continuidad estructural y espacial del espacio central, generó la medida apropiada para demarcar linealmente la separación natural del programa del primer nivel: acceso – comedor - living – terraza. Los dos volúmenes laterales del primer nivel se relacionan con este centro a través de umbrales que constituyen las únicas aberturas, en este nivel, a la continuidad de los muros principales. La relación del volumen del segundo nivel se da por medio de la escalera (volumen de luz) y por medio de un vano que abalcona el pasillo hacia el centro, apertura que además se proyecta hacia el exterior por medio de pequeñas y medianas ventanas que tensionan el abalconamiento con el exterior sur de la casa, tensión que comparte, vive y traspasa todo el espacio central de la casa.
Otro concepto importante, era que la casa debía mantener un carácter informal En este sentido la casa presenta las condiciones de habitabilidad propias de la típica cabaña de playa, un acceso en confianza, que recibiera directamente a los espacios comunes de la casa Este organigrama de programa se emplazó en el terreno con dos criterios fundamentales. La tensión lejana hacia la bahía de Valparaíso, y el respeto y mantención del bosque joven de especies nativas.
La casa está proyectada en dos y medio niveles. El primero soporte de los espacios comunes y de las dependencias de la dueña de casa. En un primer dibujo, todo esto estuvo en una misma cota de altura y sobre una línea que nacía a del nivel de acceso, y terminaría en una terraza abalconada en 1, 5 mts., aprovechando la pendiente natural del terreno, buscando y construyendo esa relación lejana pero presente con el mar de Valparaíso.
Con el desarrollo del proyecto, esto se modifico levemente, bajando en dos contrahuellas el volumen norte del dormitorio de la dueña de casa. Con este mismo criterio, de manifestar detalles que otorgaran mayor privacidad, y buscado una solución formal que no eliminara el umbral que vincula estos recintos con el espacio central, se proyectó una puerta corredera que desaparece dentro de un muro de hormigón cuando está abierta, y hace presente , con su distintiva materialidad , el vano cuando esta cerrada. El segundo nivel está compuesto por un segundo volumen de dormitorios que se encuentra sobre el dormitorio principal. Este volumen mantiene la fluidez y continuidad espacial en el interior, pero se diferencia completamente en el exterior, tanto por su materialidad, como por su quiebre buscando el norte, recogiendo y controlando buena parte del sol que cae sobre esa fachada.
Otro de los temas en los que se tuvo especial cuidado, fue en la elección, relación y tensión de los materiales, tanto en el interior, como en el exterior. Este cuidado se intentó construir en la relación de cada uno de ellos, y del conjunto de detalles, en contraste con la luz.
El eje central al estar emplazado con algunos grados de orientación oriente-poniente, recoge la luz de la mañana y la tarde, por un lado y luego por el otro. Esta particularidad genera que la casa se vea penetrada por distintos ángulos y espesores de luz, que se reflejan en los materiales (muros blancos, hormigón a la vista, madera y verdes interiores y exteriores), generando variaciones importantes en la atmósfera de los distintos recintos según las distintas horas del día.
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